Ir al contenido principal
¿Cómo responde la Iglesia Católica a la teoría científica de Darwin?
Respuesta:
Estimada:
Le respondo al tema de la posición de la
Iglesia respecto de la evolución con el artículo de E. Wasmann, de la
Enciclopedia Católica.
Los católicos y la evolución
Una de las
cuestiones más importantes para todo católico educado de hoy es: ¿Qué hemos de
pensar sobre la teoría de la evolución? Acaso hemos de rechazarla como sin
fundamento o enemiga del cristianismo, o más bien hemos de aceptarla como una
teoría establecida del todo compatible con los principios de una concepción
cristiana del universo?Debemos distinguir cuidadosamente entre los diferentes
significados de las palabras teoría de la evolución para poder dar una respuesta
clara y correcta a esta interrogante. Distingamos (1) entre la teoría de la
evolución como una hipótesis científica y como una especulación filosófica; (2)
entre la teoría de la evolución basada en principios teístas y la basada en
fundamentos materialistas y ateístas; (3) entre la teoría de la evolución y el
Darwinismo; (4) entre la teoría de la evolución aplicada a los reinos animal y
vegetal y aplicada al ser humano.
Hipótesis científica vs especulación
filosófica.
Como una hipótesis científica, la teoría de la evolución busca
determinar una sucesión histórica de varias especies de plantas y animales en
nuestra tierra, y, con la ayuda de la paleontología y otras ciencias, tales como
la morfología comparativa, la embriología y la bionomía, con el fin de demostrar
que en el transcurso de las diferentes épocas geológicas, estas especies
evolucionaron gradualmente desde sus inicios por causas naturales puramente de
su desarrollo específico. La teoría de la evolución, entonces, como hipótesis
científica, no considera las especies de plantas y animales actuales como formas
directamente creadas por Dios, sino como resultado final de una evolución de
otras especies existentes en períodos geológicos anteriores. Por lo tanto, es
llama la 'teoría de la evolución' o 'la teoría de la descendencia' ya que
implica la descendencia de las presentes especies de otras ya extintas. Esta
teoría se opone a la teoría de la constancia que asume la inmutabilidad de las
especies orgánicas. La teoría científica de la evolución, entonces, no se
involucra con el origen de la vida. Simplemente investiga las relaciones
genéticas de especies sistemáticas, géneros y familias y se propone colocarlos
de acuerdo a las series de descendencia naturales (árboles genéticos).
¿Qué
tan basada en hechos observados está la teoría de la evolución? Se entiende que
aún solo es una hipótesis. La formación de nuevas especies se observa
directamente solo en unos cuantos casos, y solamente en referencia a las formas
que está íntimamente relacionadas; por ejemplo, las especies sistemáticas de
género planta Oenothera, y del género escarabajo Dimarda. Sin embargo, no es
difícil dar una prueba indirecta de alta probabilidad para la relación genética
de muchas especies sistemáticas entre ellas y con formas fósiles, como ocurre en
el desarrollo genético del caballo (Equidae), de las amonitas, y de muchos
insectos, especialmente de aquéllos que viven como 'huéspedes' con hormigas y
termitas, y que se ha adaptado de muchas maneras con anfitriones. Al comparar
las pruebas científicas de la probabilidad de la teoría de la evolución,
encontramos que ellos crecen en número y en peso, conforme es más pequeño el
círculo de formas en consideración, pero se vuelven cada vez más débiles si
incluimos un mayor número de formas, tales como las comprendidas en una clase o
en un sub-reino. De hecho, no existe ninguna evidencia de la descendencia
genética común de todas las plantas y animales de un mismo organismo primitivo.
Por eso, hay más botánicos y zoólogos que consideran la evolución poligenética
(polifilética) como más aceptable que una monogenética (monofilética). En la
actualidad, sin embargo, es imposible decidir cuántas series genéticas
independientes han de ser aceptadas en los reinos animal y vegetal. He ahí el
meollo de la teoría de la evolución como hipótesis científica. Está en perfecta
concordancia con el concepto cristiano del universo; pues la Sagrada Escritura
no nos dice en qué forma las especies de plantas y de animales existentes en la
actualidad fueron creadas originalmente por Dios. Tan temprano como 1877,
Knabenbauer afirmó 'que no hay objeción en lo que concierne la fe, en suponer la
descendencia de toda especie animal y vegetal de unos cuantos tipos' (Stimmen
aus Maria Laach, XIII, p. 72).
Ahora bien, pasando a la teoría de la
evolución como especulación filosófica, la historia de los reino animal y
vegetal en nuestra tierra no es más que una pequeña parte de la historia de todo
el planeta. De igual manera, el desarrollo geológico de nuestra tierra no
constituye sino una pequeña parte de la historia del sistema solar y del
universo. La teoría de la evolución como concepto filosófico considera la
historia entera del cosmos como un desarrollo armónico, producido por leyes
naturales. Este concepto está en concordancia con la visión cristiana del
universo. Dios es el Creador del cielo y de la tierra. Si Dios produjo el
universo por un acto creador singular de su Voluntad, entonces su desarrollo
natural por medio de leyes implantadas en él por el Creador, es para mayor
gloria de su Poder y Sabiduría Divinos. Santo Tomás dice: 'La potencia de la
causa es mayor entre más remotos los efectos a los que se extiende.' (Summa c.
Gent., III, c1xxvi); y Suarez: 'Dios no interfiere directamente con el orden
natural, allí donde las causas secundarias son suficientes para producir el
efecto deseado.' (De opere sex dierum, II, c.x, n.13). A la luz de este
principio de la interpretación cristiana de la naturaleza, la historia de los
reinos vegetal y animal en nuestro planeta es, por decirlo así, un versículo en
un volumen de un millón de páginas en que el desarrollo natural del cosmos está
descrito y sobre cuya portada está escrito: 'En el principio Dios creó el cielo
y la tierra.'
Teorías teístas y ateístas de la evolución
La teoría de la
evolución citada antes, se basa en un fundamento teísta. A diferencia de esto,
existe otra teoría que tiene bases materialistas y ateístas, cuyo primer
principio es la negación de un Creador como persona. La teoría ateísta de la
evolución es ineficaz para dar cuenta de los primeros inicios del cosmos o de la
ley de su evolución ya que no admite ni creador ni legislador. Por otra parte,
la ciencia natural ha probado la generación espontánea -es decir el génesis
independiente de un ser viviente a partir de materia no viviente-contradice los
hechos observados. Por esta razón, la teoría teísta de la evolución postula una
intervención por parte del Creador en la producción de los primeros organismos.
Cuándo y cómo fueron implantadas las primeras semillas de la vida, no lo
sabemos. La teoría cristiana de la evolución también demanda un acto creador
para el origen del alma humana, ya que el alma no puede tener su origen en la
materia. La teoría ateísta de la evolución, por el contrario, rechaza el
supuesto de una alma separada de la materia, y por lo tanto se hunde en un
simple y sencillo materialismo.
La teoría de la evolución vs Darwinismo
El Darwinismo y la teoría de la evolución no son de ninguna manera conceptos
equivalentes. La teoría de la evolución fue propuesta antes de Charles Darwin,
por Lamarck (1809) y Geoffrey de St Hilaire. Darwin en 1859, le dio una nueva
forma tratando de explicar el origen de las especies por medio de la selección
natural. De acuerdo con esta teoría, la reproducción de nuevas especies depende
de la supervivencia del más fuerte en la lucha por la existencia. La teoría de
la selección de Darwin es Darwinismo -en el sentido más estricto y preciso de la
palabra. Como teoría, es inadecuada científicamente ya que no da razón del
origen de atributos adaptados para el propósito, lo cual debe remitirse a las
causas originales, interiores de la evolución. Haeckel, junto con otros
materialistas, amplió esta teoría de la selección a una idea filosófica del
mundo, intentando así explicar toda la evolución del cosmos mediante la
supervivencia azarosa del más fuerte. Esta teoría es Darwinismo en el segundo y
más amplio sentido de la palabra. Es esa forma ateísta de la teoría de la
evolución que fue señalada arriba (en el numeral 2) como insostenible. El tercer
significado del término Darwinismo surgió de la aplicación de la teoría de la
selección al ser humano, la cual es igualmente imposible de aceptar. En cuarto
lugar, el Darwinismo con frecuencia, en el uso popular, representa la teoría de
la evolución en general. Este uso de la palabra se basa en una confusión
evidente de ideas, y debe, por lo tanto, dejarse de lado.
Evolución humana
vs Evolución animal y vegetal
¿Hasta qué punto la teoría de la evolución es
aplicable al hombre? Que Dios debió haber hecho uso de causas originales,
evolutivas y naturales en la producción del cuerpo del ser humano, es per se no
improbable, y fue propuesto por San Agustín (veáse Agustín de Hipona, San, bajo
V. Agustinismo en la historia). Las pruebas actuales de que el cuerpo humano
desciende de los animales son sin embargo, inadecuadas y especialmente con
respecto a la paleontología. Y el alma humana no puede haber derivado, mediante
la evolución natural, de seres brutos, ya que es de naturaleza espiritual; por
lo cual, hemos de referir su origen a un acto creador de parte de Dios.
Para
una exposición más profunda, Wasmann, Biología Moderna y la Teoría de la
evolución (Freiburg im Br., 1904). De la literatura más antigua, Mivort, Sobre
el génesis de las especies (Londres y New York, 1871).E. WASMANN
Comentarios
Publicar un comentario